El hormigón es uno de los elementos más vulnerables en las naves industriales. El pavimento en mal estado, con juntas desconchadas o desniveladas producen una discontinuidad en la losa del hormigón que se traduce en una pérdida de transferéncia de carga, afectando a los paneles adyacentes y a las correspondientes juntas.

Habitualmente los problemas en la solera de las naves industriales  afecta directamente a los costes de producción, ya que provoca el deterioro de la maquinaria de la empresa y puede llegar a provocar accidentes laborales.

La reabilitación de estructuras de hormigón armado y pretensado es indispensable, ya que a través de fisuras o exceso de porosidad, el oxígeno entra en contacto con las armaduras formando óxido, que al expansionar, puede llegar a romper el hormigón.

Ya sea por lesiones de origen higrométrico, por fisuras, daños causados por el fuego o lesiones por alteraciones químicas, (óxido), es imprescindible detectar el origen del problema, sanear el material deteriorado y reconstruir y reforzar, en caso necesario, las estructuras dañadas por medio de inyección de resinas, recrecidos de hormigón, encolados de bandas de fibra de vidrio o carbono con resinas epoxi y posterior revestimiento.

Cada vez más el hormigón se usa como elemento estético además de ser un elemento estructural.

Con frecuencia las superficies de hormigón presentan un mal acabado, con fisuras, coqueras y otras irregularidades superficiales. Para corregir cualquier tipo de defecto es necesario un tratamiento posterior mediante morteros cosméticos, proporcionar un acabado estético perfecto de la más alta calidad.

Mediante la mezcla de tres tonos de color gris, se busca el color más común para dar una homogeneidad de color a la estructura.